El origen de la palabra albóndiga viene de una palabra árabe, “al-búnduga”,
que significa “avellana”, y se refiere a la forma y tamaño de las bolitas. Es
un plato que además de socorrido en nuestras cocinas, es muy popular, existen
tantas recetas de albóndigas como casas, cada uno hace su apaño con las carnes que
tiene a mano y con los gustos de la familia.
En una sartén ponemos aceite de
oliva AOVE y las freímos, no hace falta freírlas mucho, luego irán cocinadas. Las dejamos en papel absorbente de cocina para
sacar el exceso de aceite y reservamos.
La salsa: Picamos la cebolla y los dientes de ajo, ponemos una
sartén al fuego, añadimos aceite y sofreímos el picado de cebolla y los ajos
hasta que los veamos transparentes y un poco dorados. Añadimos una cucharada de
harina, removemos para que se tueste un poco y añadimos el vino, se marea un
poco, y ponemos una pastilla de caldo la doramos un poco, añadimos un vaso de agua, una hoja
de laurel y dejamos a fuego medio unos 5 minutos. Sacamos la hoja de laurel y
trituramos la salsa.
Les ponemos unas patatas fritas sobre todo para los niños y … seguro no quedan albóndigas para repetir.